martes, 17 de abril de 2012

El disfraz

Cuántas veces has intentado ocultar el lenguaje, ocultarte. Cuántas veces, cuántas.
Cuánto de todo ese eludir y ocultar las sombras se filtra como un rayo de sol, partido en dos. Cómo has sabido que lo que disfraza abre la piel, sin querer. ¿Por qué las sombras? ¿Por quién?
Cuántas veces has querido ocultarte en el lenguaje abriendo surcos para no decir, diciendo el silencio y lo demás también. Desdecir.
Por qué envolver el anzuelo después de morderlo para que los otros no sepan tu debilidad, por qué la no posibilidad. Si hay dolor, que se note y que transpire memorias de sal, corrosivas.
Para qué la sonrisa velada, ocultada. La risa, por debajo, incierta, tímida, por qué. Qué sea amor desvelado, risa sin sombras, risueña, risombras.
Por qué el disfraz, por qué no dejar huellas, pasar por alto, callar. Inculcar los pasos, dando tumbos (aunque sea así)huellas-rasguños-señales para seguir, para descifrar los antecedentes del corazón, amorar espacios, copular.
El disfraz en cadencia, cae. El espejo devuelve lo que es, el reflejo es falso, la verdad también.
El sol miente si no quema, si está velado, es luna.

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